El vacío del alma encuentra caminos diversos para satisfacerse, a veces esos caminos cuidan el alma, otras veces se convierten en adicciones que nos hacen prisioneros.
Vivimos en una sociedad que nos inyecta constantemente imágenes y mensajes falsos sobre la felicidad asociado a la belleza física y a lo material.
Nos olvidamos del alma y los armarios los tenemos llenos de ropa con etiquetas con ropas que ni nos ponemos.
La manipulación del cerebro en las adicciones
A mí se me revuelven las tripas de ver como ha aumentado el auge de las casas de apuestas y webs de juego donde tienen la poca vergüenza de decir que hay que jugar de forma responsable en letra pequeña.
En momentos críticos el ser humano necesita evadirse y eso es lo que aprovechan estos depredadores.
Creados a partir de un programa de reforzamiento variable (osea una manipulación cerebral en toda regla)
Estos programas parten de las investigaciones de Skinner , cuando los ratones apretaban una palanca para encontrar comida, el comportamiento se vuelve más compulsivo cuando la recompensa es variable. Si un ratón obtiene comida cada vez que pulsa una palanca, entonces acude a la palanca cada vez que tiene hambre. Pero si la comida sale al pulsar la palanca de manera variable, entonces el ratón se queda ahí enganchado constantemente apretando la palanca una y otra vez, una y otra vez.
Adicción al juego
El juego es adictivo en sí mismo , no es que nosotr@s debamos ser responsables, sino que el juego y todo lo asociado a él es sumamente adictivo. Hasta en el propio marketing se ha pasado de cierta marginalidad que antes tenía el “ludópata” a conseguir por medio de ese marketing agresivo, dónde quien realiza los anuncios son ídolos del deporte y personajes famosos ,llegándose a normalizar e incluso asociar el juego con reconocimiento social y dinero fácil. Este marketing es incluso mucho más agresivo para los jóvenes.
También hay determinados trastornos psicológicos que producen mayor vulnerabilidad como el trastorno de personalidad límite (TPL) o el trastorno de hiperactividad con déficit de atención (TDAH) por tanto el diagnóstico correcto es esencial.
Comida, alcohol, drogas, juego patológico, psicofármacos sin control …
El engaño del siglo ya está servido y la equivocación en la búsqueda de la verdadera felicidad llevará a que cada día salgan nuevas “drogas” para anestesiar el alma.